Junior perdió la noche de este miércoles por 2-0 ante el Deportivo Independiente Medellín, en el estadio Atanasio Girardot. Nuevamente los barranquilleros jugaron mal, se vieron muy inferiores y sometidos por su rival y se cuestiona la dirección del entrenador Juan Cruz Real.

Junior salió a no perder y lo terminaron bailando. En uno de los partidos con menos determinación como visitante, los barranquilleros decepcionaron profundamente y ya comienzan a dejar serias dudas sobre las capacidades del entrenador Juan Cruz Real. 

El argentino, que tanto prometió armar un equipo agresivo y que siempre buscaría imponer condiciones, dejó en verso bonito sus palabras. Al menos la noche de este miércoles en Medellín fue un equipo tímido, asustadizo y que desde muy temprano en el partido se metió contra su propio arco. 

Aunque es cierto que los barranquilleros comenzaron amenazando a los 12 minutos con un centro desde la izquierda que cabeceó desvíado Homer Martínez, muy pronto fue el cuadro ‘Poderoso’ el que progresivamente se fue montando en el partido.

Los paisas pronto se hicieron dueños de un partido donde los rojiblancos cada vez fueron retrocediendo más hasta quedar jugando en las barbas de Sebastián Viera. La defensa tenía baches, la presión era desordenada y en el frente de ataque Miguel Ángel Borja no parecía tener mayores opciones. 

Los padecimientos serios comenzaron a los 21 minutos. Luego de que Gabriel Fuentes rechazara la pelota en la línea, el defensor local Andrés Cadavid cazó la pelota en el área y disparó un poco desvíado en una acción que puso a sudar frío a los rojiblancos. 

A los 33 minutos, increíblemente, Viera salió desesperadamente de su área y metió la mano a una pelota que le amerita la tarjeta amarilla en una jugada accidentada y que dejó mucha preocupación sobre la seguridad que mostraba en el equipo. 

Así, metido en su arco, pero con la fortuna a su favor, Junior logra sacar el empate en el primer tiempo. Pero la situación no se presagiaba bien para el complemento, en un juego donde los ‘Tiburones’ le habían dejado tomar confianza al DIM. 

Entre tanto, Juan Cruz Real recibió a los suyos en el vestuario. Tal vez había mucho para hablar, para intentar corregir. Pero quedó demostrado que era algo que sobrepasó por mucho al entrenador que a la vuelta de unos instantes se entregó a los gritos tratando de levantar la debacle. 

Al minuto 56 de acciones, Juan David Mosquera le filtró la bola al goleador Luciano Pons, quien aprovechó muy bien que los defensas del equipo visitante estaban en otro cuento, uno abierto a cada banda y con Didier Moreno de espectador de lujo, para definir bien ante un impotente Viera. 

Como si esto no fuera suficiente, pronto llegó el segundo golpe para dejar en la lona al elenco barranquillero. Todos los argumentos tan conversados con el entrenador quedaron revaluados, ni la concentración, ni la intensidad y menos la agresividad se vieron en la siguiente jugada. 

Solo tres minutos pasaron para el 2-0. En otra arremetida antioqueña, fue Germán Mera quien rechazó defectuosamente la esférica y le quedó de frente a Pons quien desenfundó un cañonazo que no pudo despejar Viera quien vio como la bola se fue a las redes otra vez. 

Cruz Real cayó en la desesperación y mandó a la cancha todas las piezas ofensivas que por timidez las tuvo al banco antes de iniciar. Sin embargo, nada fue suficiente y Junior no pudo reaccionar, encajando otra dolorosa derrota. 

El elenco sumó su cuarta derrota en el torneo, su segunda en línea y todas de visitante. La gente se comenzó a cansar de tener que cargar con esa cruz. Una que lleva encima muchas palabras y pocos resultados. 

Ahora los rojiblancos están fuera de los ocho con 9 puntos y el domingo deberán medirse ante el América de Cali por la octava fecha del campeonato. Esperando que en casa se acuerden de ganar.